miércoles, 28 de agosto de 2013

Aerografia (tecnicas)


es una técnica de aplicación por aspercion o difuminación aérea de pintur sobre una superficie u objeto y es similar a la aplicación por spray en la confección de los graffitti, pero en este caso, utiliza una herramienta denominada aerógrafo para su aplicación.
La aerografía es una técnica artística que requiere de un cierto grado de entrenamiento, para ello se utiliza una fuente de aíre a presión positiva, mangueras neumáticas, compresor, proporcionando aire por efecto venturi sobre un aerógrafo que mezcla aire y pigmento prediluido en un solvente que lo proyecta en forma atomizada.
Debido a que es difícil realizar la técnica, que depende del artista y de la calidad de los equipos para lograrlo, la realización de la misma requiere una cierta preparación de los profesionales o estudiantes de arte. Los resultados son muy superiores a la aplicación con pincel o brocha y tienden a compensar la dificultad inicial.
Para esta técnica, se utiliza un instrumento llamado aerógrafo, que se conecta a un compresor de aire y crea finos chorros de aire con pequeñas gotitas atomizadas de pigmento. Los estudiosos de esta técnica dicen que el arte de la aerografía apareció en los tiempos prehistoricos, cuando hombres lanzaban pigmentos en las cavernas (tinta) a través de tubos procedentes de huesos.
La aerografía se usa para artes plásticas en superficies regulares y en especial irregulares, pintado de objetos de geometría variada, en especial el maquetismo, tatuajes sobre piel conocido como body paint , aplicaciones automotrices, enchulados, o graffittis. Incluso también hay un tipo de pintura comestible y se utiliza para decorar tartas principalmente.

La aplicación a escala industrial de la aerografía se realiza en fábricas automotríces, talleres de restauración, lacados artesanales, tratamientos de superficies, etc.








































formas de manejo

Los procesos y técnicas de aplicación más comunes y algunos de los efectos que se realizan mediante los trabajos de aerografía son el resultado de un gran aprendizaje de las técnicas de enmascaramiento.


Técnicas de aerógrafia

Se necesita tiempo para adquirir un buen control sobre el aerógrafo y así poder obtener unos resultados de calidad. Conseguir un buen manejo requiere primero de un tiempo de práctica de las técnicas básicas con el trazado de rectas, curvas, puntos, fondos homogéneos y degradados de color. Y una vez que se ha logrado un cierto dominio en su aplicación, lo siguiente es ejercitarse en las técnicas de enmascaramiento. 

TÉCNICAS DE ENMASCARAMIENTO 
Muchos de los trabajos de aerografía se realizan con la ayuda de máscaras que cubren las superficies que no han de recibir pintura. De esta forma se consigue que los distintos colores que forman el trabajo de aerografía queden perfectamente delimitados y sin mezclarse. 
Dominar la técnica del enmascaramiento y adquirir una confianza completa con sus materiales es tan importante para la aerografía como aprender a controlar el aerógrafo. 
Se pueden utilizar máscaras móviles y fijas, según estén o no adheridas al soporte a pintar. 
Como máscaras móviles se pueden emplear folios, cartulinas, cartones rasgados, láminas de plástico, cuerdas, o cualquier objeto que se nos ocurra, obteniendo unos bordes más marcados cuando la máscara se apoya sobre la superficie, o más difuminados cuanto más alejada de la superficie se coloque la máscara. 
Las máscaras fijas son aquellas que están adheridas al soporte. El material que más se emplea para este tipo de enmascarados es una película autoadhesiva. Se comercializa en forma de rollos u hojas de distintos tamaños y presenta una baja adherencia, de manera que se desprenda fácilmente del soporte sin llevarse consigo la pintura de debajo, pero suficientemente adherida como para impedir que se filtre pintura por debajo. Además son láminas muy delgadas para evitar que se acumule pintura en sus bordes, lo que permite obtener unos límites muy finos; son transparentes, pudiendo ver la zona cubierta, dibujar sobre ellas y ver exactamente lo que se está recortando; y están hechas de un material flexible que no se desgarra, pudiendo recortar patrones muy complejos. 
Una vez adherida a la superficie, los contornos se delimitan mediante un bisturí afilado. Este corte se debe realizar con cuidado, presionando lo justo para recortar la máscara pero sin marcar la superficie, ya que si se corta demasiado profundamente además de dañar la superficie, la pintura aplicada se puede escurrir por los bordes. Tras el secado de la pintura se puede cubrir nuevamente la superficie descubierta, y recortar otro contorno para aplicar a continuación otro color de pintura. De esta manera, se va planificando el trabajo en distintas etapas según los colores que componen el dibujo. 
También puede emplearse una máscara líquida que se aplica mediante un pincel y que se utiliza para cubrir pequeños puntos, perfiles, rótulos de pequeño tamaño o sobre superficies curvas donde las láminas adhesivas no se ajustan bien y se arrugan. Tras su aplicación, se rocía con el aerógrafo y cuando la pintura haya secado, se elimina la máscara con una goma o paño de algodón obteniendo un rótulo en negativo perfectamente definido. Un método muy semejante a éste es el empleo de transferibles, muy utilizados en rotulación y en los que las letras se trasfieren al soporte presionando con una goma u objeto con punta roma, se aplica la pintura y tras el secado de la misma, las letras se eliminan con cinta adhesiva. 
Otros elementos que pueden emplearse como máscaras fijas son: cintas de carrocero, etiquetas adhesivas, celo, plantillas con diversas formas geométricas, reglas, etc. 
Cuando el trabajo implica enmascarar una gran extensión de superficie, en lugar de emplear la película transparente que resultaría bastante caro, lo que se utiliza es papel o plástico con cinta de carrocero, lo mismo que en un enmascarado habitual en automoción para proteger ciertas zonas o piezas de la aplicación de pintura. 

REPRODUCCIÓN DE IMÁGENES
Una vez adquirido el nivel de destreza adecuado con las técnicas básicas de aplicación y enmascarado, el siguiente paso consiste en plasmar una imagen determinada en la superficie. Esta imagen puede ser original, es decir, creada por el propio aplicador, o copiada de otra imagen que se tome de referencia, como una fotografía o dibujo, y que se adecue a las necesidades del aplicador. 
Si se parte de un diseño ya creado, plasmarlo en la superficie requiere en muchas ocasiones de un cambio en su tamaño original, lo cual puede realizarse con ayuda de una fotocopiadora, plotter de dibujo o proyectores. 
A partir de ese momento, en función de la complejidad del dibujo y de la cantidad de colores que lo componen, el trabajo a realizar será más o menos laborioso. 
Se comienza colocando la máscara sobre la superficie, dibujando sobre ella los contornos y recortando las distintas partes empleando las líneas de la imagen como guía. Planificar las secuencias de enmascarados y aerografiados y establecer un sistema de trabajo determinado es esencial para obtener un trabajo limpio y de calidad. 
TÉCNICAS DE ROTULACIÓN 
Una técnica bastante habitual en aerografía es la técnica de rotulación. Como referencia para realizar estos trabajos se puede buscar en ilustraciones de calendarios, revistas gráficas, manuales de ilustración, portadas de discos y libros, rotulaciones en escaparates o edificios, etc. 
La rotulación suele incluir distintos efectos como cromados, difuminados, degradados, destellos, etc. 
EFECTO CROMADO 
Las superficies cromadas son especialmente difíciles de representar. En estos casos es aconsejable trabajar siempre a partir de una fotografía. El objetivo es conseguir un dibujo de líneas muy finas y precisas que delimiten claramente los contornos generales y cada una de las formas que adquieren los brillos y reflejos. Para representar los brillos se crea un efecto luminoso oscureciendo otras zonas, de manera que por contraste parecerán brillantes. Si el fondo no es blanco, se deberán aplicar colores claros para la creación de reflejos. 
Una de las características de los cromados es que las sombras aparecen perfectamente delimitadas, facilitando así el recortado de la máscara. Para acabar el trabajo,  generalmente se precisan herramientas más precisas como pinceles, lápices, cuchillas o gomas entre otros. 
TRANSPARENCIAS
 Otro de los temas que se consideran difíciles de representar en aerografía son los cristales y transparencias en general. Estos efectos se crean mediante rociados y dispersiones de color, con degradados y superposiciones.
 
En primer lugar se realiza un cálculo de las zonas de colores claros y oscuros, es decir, de luces y sombras, considerando el tamaño y forma de los brillos y reflejos, ya que es importante no invadir estas zonas más claras. Habiendo enmascarado las partes claras, se realiza un rociado general y se insiste en las zonas más oscuras. Además del trabajo con el aerógrafo, el acabado final consiste en remarcar algunas sombras y perfilar contornos con ayuda de goma de borrar, guache blanco aplicado con pincel fino, borrador eléctrico, etc. 
EFECTO MADERA 
Otro efecto curioso es el que imita la madera, que se consigue mediante la aplicación de varias capas de pintura. El proceso comienza aplicando sobre la superficie una  base de color amarillo que servirá de fondo. A continuación se prepara otra base de color marrón que se aplicará sobre la amarilla con ayuda de un plástico, papel o esponja según el efecto que se busque de la madera. Además también pueden imitarse los nudos y vetas de la madera mediante máscaras como papel rasgado o plantillas o con pinceles. Sobre esta capa se aplica un barniz teñido con tinte marrón, aplicando más o menos manos según el tono que se quiera dar, o añadiendo más o menos tinte al barniz, y finalmente se aplica una capa de barniz transparente que cubra toda la superficie. 


En los aerógrafos de acción sencilla sólo se puede controlar el flujo de aire. La pintura se puede ajustar si lo hacemos por anticipado, es decir, no se puede variar durante el rociamiento sino que para cambiar su caudal hay que dejar de rociar. Las ventajas que podemos encontrar en estos modelos es el precio y que resultan adecuados para principiantes, sobre todo para dar colores planos sin complicaciones. Igualmente son en su mayoría mucho mas resistentes a los disolventes y agentes químicos de las pinturas. No obstante para realizar trabajos en los que se requiere mas precisión, no son tan adecuados, pues influyen en que la calidad del acabado final no sea la deseada.

Aerógrafos de doble acción

Son en general mas caros, pero sin duda muchísimo mas versátiles que los anteriores debido a que se tiene el control absoluto de la cantidad de aire y pintura que sale del aerógrafo. Accionando hacia abajo la palanca controlamos el aire y tirando hacia atrás, el caudal de pintura. Esta diferencia hace de este tipo de aparatos que estén en lo mas alto del listón de los aerógrafos profesionales.
Sin duda el control del mismo es mucho más complicado y no se adquiere tan fácilmente, pero eso no debe desanimar al aficionado, pues una vez que se haya familiarizado con el aerógrafo, notará las diferencias en el uso y acabado de sus trabajos.

Alimentación por succión y por gravedad

Hay otro factor a tener en cuenta en la elección del aerógrafo y es el modo en que la pintura entra en el fluido del aire. Tenemos dos categorías: la alimentación por succión y la alimentación por gravedad. En la alimentación por succión, la pintura sube desde un deposito ubicado debajo del canal del fluido; esto se produce por la disminución de presión producida por la corriente de aire que pasa por encima. Principalmente, la ventaja que nos proporciona un aerógrafo de estas características, es la capacidad de pintura que puede cargar. El deposito suele tener forma de tarro, lo que nos puede crear algún problema a la hora de tener que hacer detalles muy finos.
La alimentación por gravedad no presenta este inconveniente. El deposito suele estar bien en un lateral, bien montado encima del aerógrafo, ya sea con forma de taza o se trate de un hueco hecho en el mismo aerógrafo. La pintura al estar por encima de la corriente de aire, baja por la misma gravedad. Estos modelos tienen un diseño muy equilibrado y permiten un fácil manejo. Hay algunos modelos con cazoletas muy grandes, aunque su capacidad de pintura es mucho menor. Tendremos cuidado de no llenar demasiado el deposito porque al inclinar el aerógrafo para pintar se puede caer la pintura. Aunque hay muchos modelos, sobre todo de los que tienen un deposito grande, que traen una pequeña tapa.

ejercicios de iniciaciacion

En primer lugar debemos conectar el aerógrafo al compresor. Con respecto a que tipos de conexiones o tomas de aire conviene ponerle, podemos mencionar los de bayoneta. Compruebe que no haya ningún tipo de escape de aire, tanto en la manguera como en la conexión al compresor. . Si el compresor tiene regulador de presión, fíjelo a dos bares. La forma mas corriente de coger el aerógrafo es como si fuese un bolígrafo, entre el pulgar y el dedo corazón, presionando la palanca con el dedo índice.
Antes de llenar el deposito de pintura, conviene que se familiarice con la palanca. Recuerde que accionando hacia abajo controlará el aire y tirando hacia atrás, sin dejar de presionar, saldrá la pintura. Podemos resumir el manejo del aerógrafo de la siguiente manera: lo primero que se abre es el aire; luego, sin dejar de presionar la palanca, se echa hacia atrás para que salga la pintura. Cuando queramos cerrarlo, echamos de nuevo aire para evitar que la aguja se llene de residuos de pintura que podrían salir la próxima vez que se use.